lunes, 5 de agosto de 2013

Él cuida de mí


Una caída desde 27 metros de causó la muerte a la acróbata Sarah Guyard-Guillot, artista del espéctáculo "Ka"en el MGM Grand Hotel de Las Vegas, hace poco más de un mes. Descanse en paz.

Alguien puede decir que el mundo del circo está lleno de peligros. Es cierto. Pero es que la vida está llena de peligros.

Un coche descontrolado en Los Ángeles, un tren hiperacelerado en Galicia... Este verano nos deja imágenes escalofriantes que nos recuerdan cuán cerca estamos de la muerte.

Podemos adoptar diferentes actitudes ante la muerte y el peligro. Básicamente se dividen en dos grupos: esconder la cabeza o dar la cara.

Los seres humanos hemos nacido para ser hombres y mujeres, no avestruces. Día a día los artistas del circo nos enseñan a mirar a los ojos a la muerte (y a la vida).

El Evangelio, la Buena Noticia de Dios, nos dice que, sea que vivamos o que muramos, somos Hijos de Dios y nada podrá separarnos de Su amor.

Dios cuida de nosotros en la salud y en la enfermedad, vivamos o muramos, aquí o en el cielo. Todos tenemos nuestro destino; pero sea cuál sea Dios estará a nuestros lado para acompañarnos y cuidarnos como un Padre amoroso.

Así, el miedo no nos vence. Y un par de semanas después de la fatal caída de Sara, sus compañeros ascendían de nuevo a la cúpula del Cirque du Soleil; porque el circo de la vida debe continuar.

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